Antonio Blanco (Málaga, 1972) pesó cinco kilos al nacer. Estuvo luego un tiempo estudiando y engordando. No mucho, no hay que exagerar. También ha escrito poemas -tampoco muchos- que han aparecido en diversas antologías, como Frontera sur, Poesía para bacterias, Puta poesía, El último en morir que apague la luz, Antología del beso: poesía última española o Negra flama: poesía antagonista en el estado español. De vez en cuando participa en recitales públicos y, por la cara que pone, parece que eso le gusta. Siguiendo con su tendencia, ha publicado un solo libro: La pandilla basura. Ahora, con Ni que decir tiene va por la parejita.
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