
Se acerca septiembre y muchas competiciones deportivas arrancan en este mes. Con el nuevo curso, no serán pocas las veces en las que nos calienten la cabeza, sobre todo las televisiones, con los éxitos deportivos de los grandes clubes de fútbol, la selección nacional o algún deportista de renombre como Carlos Alcaraz.
Detrás de toda esta industria deportiva, las grandes marcas se frotan las manos con unos patrocinios que les garantizan retornos de todo tipo de capital, sobre todo simbólico, y muchos deportistas de base o cuya práctica deportiva es minoritaria, no recibirán ni la más mínima atención de los medios, las marcas, etc.
Sin embargo, en la sombra, como casi todo lo bueno, cada día proliferan las iniciativas deportivas que no le pierden la cara a los problemas derivados de una práctica deportiva contaminada por los principios y formas de hacer del capitalismo de mercado. Precisamente, en Correr sin marca… hablamos de ello, tomando la voz, en primera persona, tres iniciativas deportivas que ejemplifican a la perfección el juego que puede dar el deporte como espacio de socialización de valores antagonistas a los hegemónicos. Solidaridad, lucha social, apoyo mutuo, conciencia de clase… En la arena política del deporte, también es necesario plantear alternativas. Y en ello estamos.